En un examen saqué un cinco. En la mesa estaba el café de mi madre y lo tiré para que no lo viera mi padre cuando llegara de trabajar. Cuando llegué a clase no sabía que decirle a la maestra, si se metió solo en el café o que lo tiró mi hrmano jungando con las construciones de piezas de madera. Finalmente conté toda la verdad a la maestra. Me sentí mejor.
(Autora: Malena)