Vi una casa que me gustaba, y era mi casa. Me encontré un móvil, y era mío. Me gustaba un nombre, y era como me llamaba. Pensaba que mi madre trabajaba en una tienda, y trabajaba en un comercio. Yo vi a un señor mayor y pensé: ¡ojalá fuera mi abuelo!, y lo era. Compré un libro que me gustaba, y ya lo tenía. ¡Soy la niña más despistada del mundo mundial!
(Autora: Yulisa)
(Autora: Yulisa)